sábado, 23 de marzo de 2013

Bolivia


Bolivia,
tu sangre brota
de las entrañas de la tierra
y se eleva
y se endurece
en Tupiza.

Un camino de piedras
me lleva a un desierto,
un desierto tan blanco
sin final ni comienzo.

Tu cielo duplica su azul.
Tu cielo duplica su azul
en aquella laguna
que más alas lleva a un vuelo espejado,
que más sal la trae a un suelo ajado,
que más allá es llave de un sueño vedado.

Bolivia,
se me quiebran las palabras
o soy yo quien retuerce
los sonidos buscando
el vestigio de un eco
a la luz del silencio
que retumba de lejos.

Bolivia,
es tu cerro que estalla
hasta ser polvo y viento
Bolivia,
es tu ser, roca, está ya
en pulmones tan negros.
Bolivia,
es tu cero que es talla
de una escala sin tiempo.

Bolivia,
se me quiebran las palabras,
se me caen los silencios,
se me pierden los ojos,
se diluye mi encuentro
y no sé ya ni a dónde
se me fueron los huesos.

Bolivia,
yo no sé qué es arriba,
qué es más,
qué es ahorita
y qué es menos.

Bolivia, 
se me rompe el silencio,
se me caen las palabras
y qué importa
si no vuelven al ruedo.

Bolivia, 
nada es lo que tengo,
solo cuatro elementos.
Nada es lo que soy,
solo tierra con agua,
solo aire con fuego.

Bolivia,
nada es lo que sé
y no sé lo que pienso,
pero es aquí donde estoy
y de aquí es que yo vengo.

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