miércoles, 24 de julio de 2013

Escaleras arriba



Hay un barrio en Medellín que pareciera tener más ausencias que presencias. Ausencias de pasos, de corridas, de tiros y de muerte. Como si ahí el presente solamente fuera una manera de contemplar el pasado, como si fuera posible sentir la manera en que siguen reverberando los disparos, los rebotes, los ecos de un instante hecho añicos. Y hay silencio. No todo es recuerdo ni nostalgias de la muerte. Hay un silencio que detiene esa mirada, hay una moto contemplada por unos grafitis mudos. Hay una calle que parece un desfiladero tan estrecho por el que apenas caben las risas de unos chicos. Pero ellos todavía no bajaron, son sus voces las que juegan y rebotan por esas paredes, ellos todavía están allá, escondidos, escaleras arriba, esperando una señal imperceptible para entrar en escena.

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